Somos un sector muy poco reivindicativo. Y no será porque no nos hace falta manifestarnos. Las constantes bajadas del precio de los medicamentos, la amenaza de venta online, el acelerado crecimiento de parafarmacias y el escalofriante desabastecimiento de fármacos en la botica es para echarse a temblar. Hay dos nombres que todos conocemos desde pequeños y que memorizamos casi a la par que el nombre de nuestra profesora favorita del colegio: el ibuprofeno y el paracetamol. Y es que la infinita lista de desabastecimientos en la farmacia aumenta sin cesar.
Se manifiestan los conductores de autobús, los pensionistas, los trabajadores del metal… pero nosotros, nada. Nos seguiremos poniendo la bata, suspiraremos al abrir la cubeta y pediremos al dios de los medicamentos que haga un milagro para devolvernos la salud.
Laura G. Iruretagoyena
Bilbao
Un aporte muy interesante. Muchas gracias por la ilustración. Reciba un cordial saludo.
Muchas gracias Marta por tu lectura y comentarios de nuestro artículo “Farmacéuticos en extinción”. En estos tiempos de coronavirus, los farmacéuticos han demostrado ser una de las claves de lo que dice el presidente del éxito en la contención de la pandemia en España. Nosotros pensamos que para antes de la próxima pandemia los doctores en farmacia sean aún más relevantes y puedan estar dotados con ayuda del gobierno con un simple smartphone que les permita en tiempo real el monitoreo de signos vitales. Esta aplicación permite que cualquier farmacéutico o usuario de smartphone fácilmente con solo mirar a una cámara de smartphone, pueda medir la saturación de oxígeno, frecuencia respiratoria, frecuencia cardíaca y HRV.
Estas mediciones importantes, en combinación con otros síntomas tales como fiebre, tos o dolor de garganta, puede ser de gran ayuda para los farmacéuticos y ayudantes de farmacia para decidir si un paciente debe buscar atención médica o por el contrario, reducir el riesgo de exposición al permanecer con seguridad en el hogar.