Estas señales biomédicas son clave para el diagnóstico de muchas enfermedades, mientras que en otros casos el factor fundamental es obtener buenas imágenes médicas, por ejemplo, en el campo de la oftalmología. Junto con el Instituto Universitario de Oftalmobiología Aplicada (IOBA), estos investigadores han intentado mejorar la detección de la retinopatía diabética, una complicación ocular de los pacientes con diabetes causada por el deterioro de los vasos sanguíneos de la retina. El diagnóstico temprano permite intervenir para resolver el problema, pero si pasa demasiado tiempo puede llevar a la ceguera.
Un programa de software desarrollado por el Grupo de Ingeniería Biomédica permite analizar de forma automática los fondos de ojo. La precisión que ha conseguido es muy elevada a la hora de identificar lesiones como los exudados duros o hemorragias. Para los oftalmólogos, supone una gran ayuda a la hora de revisar a sus pacientes e incluso podría ser una gran herramienta para médicos no especializados.
Esta idea entronca perfectamente con los proyectos de telemedicina en oftalmología, la posibilidad de ofrecer un servicio a distancia, sobre todo pensando en las zonas rurales. En este sentido, ha resultado muy positiva una experiencia piloto en la localidad abulense de El Barco de Ávila, en cuyo centro de salud se instaló un retinógrafo. Tras enseñar a los médicos de Atención Primaria a obtener fondos de ojo de pacientes diabéticos, ellos mismos transmitían los datos a través de una aplicación web y un especialista del IOBA emitía un informe en 24 horas. La iniciativa ya se ha extendido a otros municipios, como Peñafiel y Medina de Rioseco.
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